El parto de Maia

Los partos buenos hay que contarlos, lo digo con firmeza y convicción porque estamos muy acostumbrados a que nos cuenten lo malo de parir: «vas a alucinar con las contracciones», «es como si me partiese por dentro», «igualito que si te atropellase un camión»,…en serio, todas estas las han escuchado estos oídos!

Y luego vienen las señoras, que puede que incluso, ni conozcas: «antes paríamos de verdad», «ahora llegáis, os pinchan y listo», «antiguamente paríamos en casa, como los animales»,…en fin, que vas a parir igualito que si te fueran a fusilar y la verdad es que no me parece justo!

Por eso te voy a contar el parto de Maia, por que fue suave, tranquilo y consciente.

Si me conoces sabrás que mi primer parto fue un poco dramático, por varias circunstancias: fue provocado, parí en festivo(si, desgraciadamente esto afecta) y yo no iba con toda la información necesaria.

Muchas horas, mucho dolor, oxitocina de bote, fiebre y un bebé con un hombro dislocado por tirar de él. Así resumido…era mas joven y por tanto mas inexperta y, no es que ahora, sea una experta, que sólo he parido dos veces, pero el parto de Illán me sirvió para saber que era lo que no quería en mi siguiente parto.

La preparación al parto es esencial para ir empoderada, te lo cuento todo en el post sobre mi embarazo. Esto hará que tu mente esté preparada para ese momento y no te juegue una mala pasada, no obstante, a mi me la jugó un poquito.

Voy al parto ya!

Eran las 8 de la tade del domingo, 12 de mayo, habíamos ido con Illán…

Espera, espera, voy a empezar 8 días antes!

Como sabréis las embarazadas a término pasamos periodicamente por lo que aquí denominamos «cintos», son unos cinturones que te ponen alrededor de la tripa para comprobar que las constantes vitales del bebé son correctas, posteriormente pasas a una sala con una ginecóloga para valorar el estado general de tu embarazo.

Seis días antes de parir fui por segunda vez a cintos, Maia estaba perfectamente, sus constante eran ideales, también su peso(3.5 kg), la placenta, etc.

Paso a la consulta de la ginecóloga:

-Ginecóloga: Buenos días Patricia, tenemos que finalizar

-Yo: Anda, no sabía que teníamos un contrato!

-G: Quiero decir que hace 5 días que saliste de cuentas y sigues embarazada

-Yo: Ya me había dado cuenta, pero ambas estamos bien y prefiero esperar, mi primer embarazo fue provocado y tengo miedo a volver a pasar por lo mismo

-G: Te estoy recomendando que te quedes ingresada y provocar el parto, no vayamos a tener otro niño de 4 kgs y en fin de semana!

-Yo: Dios nos libre, parir en fin de semana, que delito!

En fin…no os voy a contar mas de esta conversación, pero que sepáis que si vosotras queréis esperar un poquito mas, podéis hacerlo, siempre que el peso y las constantes del bebé sean correctas y al ginecóloga que os haya tocado no sea en si misma, la definición de violencia obstétrica.

Entiendo perfectamente que un profesional tenga «miedo» de pasar por una situación extrema en un parto, te aseguro que la madre tiene mas miedo todavía, pero informar desde el miedo y forzar a una mujer embarazada a hacer algo que no quiere, no me parece correcto ni profesional.

Según pasaban los días yo iba poniéndome nerviosa, no sentía nada y me encontraba mejor que nunca, no te miento si te digo que el ultimo mes fue el mejor de todo el embarazo!

Esto fue un lunes, el martes llamé a Ana Palazón, que me ayudó a preparar el parto los ultimos dos meses: Ana, ven a casa, no quiero pasar por otro parto provocado, hazme taichí, taekwondo o lo que quieras, pero esta niña tiene que salir sin «masajito» y todo lo que viene después.

Ana me tranquilizó, en realidad, sólo habían pasado 5 días después de la fecha probable de parto, no había para tanto!

Finalmente vino el jueves, me hizó acupuntura y le explicó a David como aplicarme la técnica de Moxibustión, la hicimos el viernes y el sábado…y el domingó tachán! me puse de parto!

Lo que fue genial por que el lunes siguiente tendría que haber vuelto con la ginecóloga y te aseguro que yo ya no tendría fuerzas para otro pulso.

En fin, que ahora si que voy!

Eran las 8 de la tade del domingo, 12 de mayo, habíamos ido con Illán a la fiesta de la Juventud, la hacen justo debajo de estadio Balaidos, hay un montón de atracciones para niños, churros, patatas fritas y un pequeño puestecito con arepas veganas.

Yo ahí ya me encontraba rara, había tenido contracciones muy irregulares todo el día, pero al llegar al aparcamiento me costó bajarme del coche.

Illán se subió en un tiovivo, a mi me costaba estar de pié, me saludó una compañera de trabajo, en plena contracción, no se ni que le dije, en realidad, ni recuerdo quien era por que no podía para de pensar en que estaba de parto, por fín sabría lo que era ponerme de parto!

Seguimos un ratito mas, fuimos a otra atracción, calculo que las contracciones venían cada 3 o 4 minutos, ahora el cuerpo me pedía estar de pie y en movimiento.

Le dije a David que fuésemos a pedir algo de cenar y empezásemos a controlar las contracciones.

Nos sentamos en el puestecito de las arepas y pedimos, pero yo ya no podía estar sentada, mientras nos traían la comida, yo me levantaba en cada contraccion, cada 2 minutos aproximadamente, y venga Balaídos para arriba y Balaidos para abajo!

Llegó la comida al fin, yo ya no podía ni estar sentada ni de pié, agilizamos este momento, avisamos a los abuelos y nos fuimos a casa.

El trayecto en coche fue muy heavy, estar sentada era horrible, ya no por el dolor, si no por lo incómodo y por que el cuerpo me pedía movimiento.

Llegamos a casa y le explicamos a Illán que Maia estaba en camino, lloramos mucho en ese momento, era el último momento que íbamos a tener a solas con nuestro niño, a partir de ese momento ya no iba a ser hijo único, iba a ser hermano mayor!

Personalmente me costó mucho ese momento, sentía culpabilidad, era tan pequeño, nos necesitaba tanto aún que no sabía como íbamos a poder darle toda la atención que le habíamos dado hasta entonces.

Intenté tranquilizarme y centrarme, me abracé a la pelota de pilates entre contracción y contracción para descansar, venían cada minuto, eran fuertes e intensas y me dejaban una sensación de descanso y paz cuando se iban.

Llegaron los abuelos y vuelta al coche de nuevo, mucho peor que el trayecto anterior, incomodidad y dolor y contracciones cada 40-50 segundos, apenas había descanso.

Llegamos al hospital, serían sobre las 10:30 de la noche, nos atendió una chica muy agradable, que respetó mis tiempos, poco después me hizo un tacto para confirmar la dilatación: 4,5 cm! bien, estábamos de parto!

(si, a estas alturas aún quedaba un resquicio de duda por mi parte!)

Nos dejaron dilatar en una sala tranquila y monitorizada, el dolor era bastante intenso aunque soportable, pero yo empezaba a estar muy cansada, sería media noche cuando llamamos a la ginecóloga que nos atendió, yo no aguantaba mas y, aunque iba convencida de que no quería ponerme la epidural, la idea empezaba a rondar mi cabeza.

Por fin, nos pasaron al paritorio, fui en silla de ruedas, el dolor ya no me dejaba hablar y entonces, justo antes de entrar a mi habitación lo vimos, era el matrón que me había atendido en el parto de Illán y llegaron todos los flashes a mi cabeza: cómo me había infantilizado, cómo me ponía medicamentos sin preguntarme antes o informarme de lo que me estaba poniendo, como se subía encima de mí para empujar a Illán,….empecé a llorar, me flaqueaban las piernas, pedí la epidural a gritos y fui consciente de cómo nuestra mente controla nuestro cuerpo, de la brutalidad de verse sobrepasada por el miedo.

Pero entonces llego ella:

-Hola, soy Milena y voy a atender tu parto, si me permites voy a hacerte un tacto para ver de cuantos centímetros estás.

Respiré muy hondo, me había librado del matrón! y además estaba de 7 centímetros y medio!

Me pusieron la epidural media hora después, sería la una de la madrugada.

Y ahí empezó David con todos los movimientos que Ana Palazón le había enseñado, esperábamos a la contracción y luego: pierna para arriba, pierna para abajo, pierna haciendo círculos, cambio de pierna, contracción y vuelta empezar.

Un ratito mas tarde empecé a sentir mucha presión, ganas de ir al baño, no se explicar muy bien esa sensación, es como si alguien empujase de tu periné hacia abajo.

Además de esto sentí «algo» salir, David miró allí abajo y vio algo que no se esperaba, llamó a Milena y nos confirmó que era la bolsa, que estaba enterita.

Me hizo el último tacto, estaba completamente dilatada y podía empezar a empujar.

El expulsivo fue suave, progresivo, tranquilo.

Maia salió con la bolsa prácticamente intacta, luego nos enteramos que se llaman partos velados y que se caracterizan por ser partos tranquilos, parece ser que incluso los bebés adquieren esa tranquilidad.

Esta vez, en el expulsivo, estábamos sólo 4 personas, Maia nació a las 2:18 de la madrugada en una habitación tranquila, en un parto respetado, sin oxitocina artificial, sin prisa, sin nada de eso pero con mucho amor.

Me la pusieron encima y vi que era gordita y rosada, que olía muy bien, la parte mas animal de una mujer sale en ese momento, y eso si que no te lo puedo explicar, es tan brutal y tan apasionante que no encuentro palabras y mira que las he pensado para escribir este post.

A los cinco minutos Maia estaba mamando, así sin que nadie se lo explicase, la matrona nos dejó solos, con luz tenue y descansamos los tres, dormimos un par de horas hasta que nuestra matrona favorita volvió.

Era hora de examinar a Maia, pesarla, vitamina K y todas esas cosas.

A las 4 y media de la madrugada estábamos en planta, en Vigo las habitaciones son individuales, dormimos todos hasta las 7 de la mañana, que Maia se despertó para comer, entonces avisamos a todo el mundo de que nuestra peque estaba bien, que había pesado 3660 kgs, que tenía la cara redondita y los ojos achinados y azules igual que su hermano.

También manifestamos que necesitábamos que este postparto fuese mas tranquilo que el anterior, que Illán sería el primero que iba a visitar a Maia y que no queríamos visitas los primeros días.

Y desde entonces, han pasado dos meses y medio, Maia es tranquila, duerme mucho, come mucho también y se ríe una barbaridad, estamos, los tres, enamoradísmos de ella!

Espero que te haya gustado el relato, he tardado un poco en escribirlo y he llorado mucho recordándolo, eso si, de felicidad!

Volvería a tener una y mil veces el parto que tuvimos para conocer a Maia y para mi sólo hay un secreto para un parto exitoso, infomación y mas información, podrás ir empoderada y segura de ti misma, lo mismo le pasará al acompañante, es importantisimo que sepa como actuar en cada situación.

Ahora sólo me queda preguntarte algo, quieres otro post sobre postparto y lactancia?

Como siempre, un millón de gracias por leerme!

 

 

14 comentarios en «El parto de Maia»

  1. Muchas gracias Patri por contarnos tu experiencia!
    Me he emocionado mucho, además de por lo maravilloso del relato, porque me siento muy identificada: mi primer parto también fue inducido y me estoy preparando para poner todo lo que está en mi mano para q mi segundo parto sea lo mas respetuoso posible, con mis decisiones y las de mi chico.
    Coincido plenamente contigo en lo importante que es informarte, prepararte y lo que es más importante EMPODERARTE!!
    Mil gracias!

    Responder
  2. Me encantaría otro post sobre postparto y lactancia.
    He llorado de emoción leyéndote, me da mucha tranquilidad como lo cuentas y cómo has aprendido y transformado esta nueva experiencia.
    ¿Crees que ha sido tan positiva además por la información, por ser la segunda vez?
    No soy mamá todavía, aunque muchas veces pienso que la primera vez siempre va a ser un caos por no saber lo que está por venir.

    Me alegra sentiros tan felices a todos, un abrazo fuerte y un besito muy dulce a Maia.

    Responder
    • Hola bonita!! Muchísimas gracias!!
      Es posible que al haber vivido ya un parto haya ido mucho mas tranquila! siempre digo que nuestras abuelas tenían mucha mas información sobre el parto por que veían a sus hermanas, vecinas, primas, etc., incluso veían partos de sus propias madres y eso no tiene comparación…por muchos libros que leas!
      Pero siempre puedes rodearte de profesionales y preguntar tus dudas a alguna amiga o familiar que ya haya parido.
      Otro besazo para ti!!

      Responder
  3. No soy madre pero me da ilusión serlo y el parto es la parte que más me aterra, el post me da un poco de esperanza jajaja. Me encantan estos post y todo lo relacionado a maternidad

    Responder
    • Daniela, tu cuerpo sabe parir y tu bebé sabe nacer, es algo que nos repetía Ana Palazón todo el rato, como un mantra! yo estoy segura que todas podemos y si hay alguna complicación contamos con una sanidad publica maravillosa! Ánimo, el miedo se atenúa con información! un besazo!

      Responder
  4. ¡Que pedazo de post! Casi lo vivimos contigo? me ha encantado lo personal y aunque soy fan de tus recetas este post lo he disfrurado muchisimo mas, supongo que toda madre se siente identificada, aunque mi experiencia fue muy diferente. ¡ Un beso a Maia!

    Responder
  5. Hola Patri, ni soy madre ni tengo previsión de serlo a corto plazo…
    Pero me apetecía mucho leer tu historia porque siempre leo del tema y es muy bonito leer una versión positiva de “los hechos” jeje.
    Muchas felicidades!
    Y claro, sigue con más post del tema. Los leeré cuando los publiques y, de nuevo, cuando esté en un momento afín 🙂

    Responder
    • Gracias bonita!! necesitamos partos positivos, que se alejen de lo que nos cuentan en peliculas o la vecina del quinto después de un parto horrible, no intento ocultar esa información, sólo que haya historia positiva para balancear lo que os llega a las que aún no habéis parido! un besazo!

      Responder
  6. Qué bonito relato!! Me he emocionado mucho al leerlo, y eso que no soy madre!!!! Felicidades por ser tan valiente y fuerte como para aguantar a tanta gente diciéndote lo que tienes que hacer o sentir. Felicidades familia!

    Responder
  7. Me ha encantado leerte. Estas cosas no las había cuando tuvimos a nuestra hija. Da gusto leerte, conocer tus miedos y cómo con información y tranquilidad pudiste vencerlos, la ayuda de David y de Ana en los momentos claves marcarian la diferencia. Enhorabuena, Patri. Tienes una familia preciosa. Seguro que puedes ayudar a muchas mujeres desde tu experiencia compartiendo. Besitos.

    Responder
    • Gracias Sara bonita!!! gracias a grandes profesionales vamos evolucionando…o volviendo atrás, muchas veces me planteo si lo que en realidad estamos haciendo es querer volver a parir como nuestras abuelas, rodeadas de poquita gente pero selecta y respetando nuestros tiempos! muchos besos!!

      Responder

Deja un comentario

Si continuas utilizando este sitio aceptas, el uso de cookies. + INFO

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para «permitir cookies» y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar» estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar